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¿Qué hay tras el enamoramiento?

¿Te habías planteado alguna vez que las parejas pasan por diferentes etapas? Conocerlas ayuda a rebajar y reajustar expectativas sobre nuestra pareja e identificar qué aspectos son los que necesitamos trabajar en cada etapa.

Esto no quiere decir que todas las parejas sean iguales, ni que todas pasen por todas las fases ni el mismo tiempo. Como las personas, las parejas evolucionan y su formación y ciclo vital depende también del momento en el que se encuentra a nivel individual cada uno de sus miembros.

Enamoramiento

La casilla de salida. Aquí priman la ilusión y la emoción del principio. Joan Garriga, en su libro “El buen amor en la pareja”, resume esta etapa con una frase que la representa fenomenal: “Me mueves mucho, pero te veo poco”.

¿Qué quiere decir esto? Se refiere a que estoy mucho más centrado en lo positivo que veo y en aquello que te gustaría tener. Algo así como el famoso “amor ciego”. Todos tenemos, en mayor o menor medida, ciertas expectativas acerca de lo que te gustaría en una pareja, cómo es una relación o qué puedo esperar de ella. En esta primera etapa, en la que además la bioquímica acompaña, tienes la sensación de ver todo aquello que esperas.

Además, por lo general, la época acompaña. Suele ser una primera fase sin mucha complicación. Aún no se han conocido o introducido las familias de origen o incluso los grupos de amigos, por lo que prima el afán por conocer y se está “protegido” de los problemas que puedan derivar de ir añadiendo factores a la relación.

En esta primera fase, predominan emoción, la ilusión y la atracción entre otras. Las famosas mariposas en el estómago que hacen la vida mas ilusionante, pero a la vez, te tienen todo el día alerta y pendiente, tanto de la otra persona, como de la imagen que uno mismo proyecta.

Muchos autores hablan de que menos mal que esta etapa tiene un fin, ya que, sino no podríamos mantenerla físicamente, acabaríamos agotados.  

Marian Rojas Estapé en su libro “Encuentra a tu persona vitamina” explica todos los cambios que se dan a nivel cerebral cuando uno se enamora.

  • La corteza prefrontal, área en la que se localiza la función de atención, concentración y toma de decisiones y calibrado de consecuencias, entre otras, está a medio gas. ¿en qué nos afecta esto? Tenemos menos capacidad de ver de forma clara que esa pareja cuadra con nosotros y nuestro proyecto o no. Esto también hace que pases por alto cosas que en otro momento tenías claro y que, el enamoramiento, está haciendo que “olvides”.
  • La amígdala, representante del miedo, pierde fuerza por lo que percibe menos peligros de la persona que se está conociendo y no está tan alerta, por lo que se pasan por alto muchas circunstancias que quizá cuando nuestro celebro vuelva a su estado normal, no pueda obviar.

Hormonalmente también se generan cambios en la oxitocina, adrenalina y dopamina. La oxitocina potencia el vínculo y el cariño, nos ayuda a confiar en el otro y a tener más ganas de estar cerca, de abrazar. Por su parte, la adrenalina focaliza la atención en la persona que estás conociendo. La dopamina es la conocida hormona del placer, durante el enamoramiento se produce mucha liberación de esta hormona y genera ganas de más y más, como ocurre con una adicción.

Pensadlo fríamente, como tras entender las consecuencias cerebrales y químicas del enamoramiento, no es un estado que podamos mantener a largo plazo en el tiempo, ya que nos haría descuidar otras áreas de nuestra vida.

Elección

Siguiente casilla en este juego de la pareja. La química se va y nuestro cerebro vuelve a su funcionamiento habitual. Lo que antes pasaba por alto, ahora cobra importancia y llega el momento de tener que decidir. Como dice Garriga, “Ahora voy viendo mejor quién eres, y ya no me mueves tanto, pero sí lo suficiente como para elegirte y continuar un camino, o no”. 

Durante el enamoramiento, quizá hubo cositas de la otra persona que veías, pero no acababan de cuadrar. Sin embargo, en ese estado de “amor ciego” surge una pequeña esperanza y expectativa de “ya cambiará”. Ahora, llegada esta etapa de elección, la realidad muestra que eso que quizá no te gusto y no comunicaste, no es algo que la persona pueda cambiar de forma radical y quizá es algo que toca aceptar.

La pareja deja de tener ese rasgo “incontrolable” y “mágico” del enamoramiento y pasa a tener un porcentaje mucho mayor de elección y de aceptación. El empuje que en un principio daba la neuroquímica, ahora toca trabajarlo.

En consulta es habitual ver a parejas que llegan frustradas por haber perdido esa chispa del principio y buscan volver a esa primera etapa. Frases como “antes era más detallista”;ya no está tan pendiente”, “no estaba tantas veces en desacuerdo”, “todo era más fácil” …etc.

Me gustaría que pararas un minuto a pensar si tras entender que es lo que nos ocurre en esa primera fase de enamoramiento a nivel cerebral y hormonal, podéis entender o no que, en esa segunda fase notemos esos cambios que tienen que ver con una especie de pérdida de intensidad en la relación.

Conocer la naturaleza de esa primera etapa de enamoramiento, permite bajar las expectativas sobre la pareja y la relación y entender que en esa fase nos toca trabajar para que la pareja pueda avanzar.

Es importante poder convivir y entender que las relaciones de pareja no solo necesitan pasión, mariposas en el estómago y sorpresas constantes, sino que necesitan estabilidad, paz y entendimiento.

Este es el paso en muchas parejas complicado, y en el que empiezan los conflictos y los reproches. No tenemos cultura de trabajar y esforzarse en la relación de pareja, caemos en la creencia y expectativa de que la buena relación de pareja viene dada por el amor, “si me quiere lo hará”. Sin embargo, la pareja no sólo puede mantenerse con amor, este es un pegamento imprescindible, claro que si, pero la pareja hay que construirla, trabajarla, saber ceder, aprender a comunicar, tener capacidad de tolerar épocas peores, permitirse pedir, saber perder, aceptar, tolerar…etc.

 

Si te encuentras con dificultades para encontrar esta estabilidad y paz que necesita la relación de pareja para poder pasar a la elección y el compromiso, no dudes en pedir ayuda1. En ciertas ocasiones el trabajo tendrá que ser a nivel de pareja y en otros quizá a nivel individual. Que cueste, no significa que no se pueda lograr. Todos arrastramos muchas creencias y expectativas sobre lo que una relación de pareja tendría que aportarnos o tendría que ser y es normal que pueda luego resultar complicado ajustar esa expectativa y poder ver “VER” al margen de esas creencias lo que si nos está aportando nuestra relación de pareja.

 

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